¿Cuáles son tus metas? ¿Cómo manejas el día a día en tu vida? ¿Cómo te organizas para cumplirlas?
Es muy saludable periódicamente el hacernos estas preguntas. Si eres mamá o papá vas a notar que van a girar, muchas veces en una manera u otra, en torno a tus hijos. Si practicas la educación en casa a veces incluso más. Aunque me alegro saber que hay muchos papás que se encuentran en lo mismo, la realidad es que la gran mayoría de ustedes son mamás. Por ende escribo con sustantivos y adjetivos femeninos; no obstante estos consejos también pueden ayudar a los lectores hombres. Además, quizás les puede ayudar también para comprender a sus parejas.
Es normal que ocurra pero, sobre todo cuando practicamos la educación en el hogar, pienso que es importante que no te olvides de TUS metas, TU plan, TU día a día, que deberían de alguna forma calzar en las metas de la familia. Estamos acostumbrados, sobretodo en países latinos, a que se asocie el ser mamá con palabras como abnegación y sufrimiento, sin embargo, ¿es esa la imagen que quieres reflejar? Sin importar si practicas educación en casa o no, eres un modelo a seguir para tus hijos. Si tus hijos te ven abrumada, sin rumbo, medio confundida, agotada en el día a día, pueden ocurrir varias cosas:
- Serás una persona infeliz.
Si todavía sientes que no eres feliz, o no sabes cómo hacerlo o sientes que necesitas ayuda de tus amigos o de un profesional para encontrar la forma acude lo más pronto que puedas.
2. Tus hijos no querrán oír tus consejos porque realmente ¿cómo pueden venir consejos de ti si tú misma obviamente necesitas de consejos para la vida diaria?
Sobretodo las mamás que tenemos hijos preadolescentes y/o adolescentes sabemos que ellos buscan modelos a seguir. Conviértete en un modelo positivo e interesante a seguir. Muéstrales una positiva actitud frente a la vida. Esto no significa que no te aparezcan retos complicados o que no tengas que hacer 5 cosas a la vez porque así es la vida de mamá. Pero la clave está en la actitud frente a estos retos y cómo los afrontas.
Mientras estás preocupada sobre el mejor currículo, la mejor escuela, y sobre las finanzas, ellos te ven, te ven cómo reaccionas al estrés, te ven cómo asumes los problemas, te ven como es tu relación con tu pareja, insisto, ellos te ven. Esa es la escuela de la vida. Esa es la verdadera educación en casa. El crear un ambiente donde se respire alegría, que les transmita seguridad, donde las penas y las preocupaciones sean aceptadas como parte de la vida, pero que nuestras vidas no transcurran en torno a ellas. Donde no nos olvidemos que la vida es hoy.
3. Tus hijos copian inconscientemente ese modelo a seguir.
Es decir, empiezan a deprimirse, a pensar que la vida es estresante, dura, que el sufrir es la norma y a resignarse que sin importar lo que hagan encontrarán nuevos problemas. Tus hijos se vuelven inseguros y les da miedo hacer cambios. Prefieren rendirse antes que intentar algo nuevo que les podría causar más inseguridades.
La inteligencia emocional es una de las destrezas más importantes que les puedes ofrecer a tus hijos. Olvídate de la preocupación por currículos, clases extracurriculares, o llenarte de más trabajo para tener más dinero para supuestamente cumplir los sueños de tus hijos. Si tus hijos e hijas poseen unos padres que los amen, buenos ejemplos de inteligencia emocional y claras muestras del amor por el aprender lo tienen todo.
¿Piensan que yo ya lo pongo en práctica? Eso intento, y no es fácil cuando estamos rodeados de una sociedad consumista, competitiva, y estructurada; pero, definitivamente el practicar la educación en casa ha sido para mí una de las mejores formas para darme cuenta que el aprendizaje está en todo, que la forma como se aprendía hace 200 años, era mucho más sana y natural que lo que ocurre hoy. En esa época los niños y niñas estaban insertados en el mundo real, aprendiendo del día a día, viendo a los adultos resolver conflictos. En ese entonces las madres estaban ahí para apoyarse y aprender juntas.
La gente se sigue preguntando por qué la mayoría de los jóvenes al graduarse de los colegios se ven tan confundidos, inmaduros y no tienen idea de quiénes son cuando los hemos encerrado en un mundo irreal, aprendiendo cosas ajenas a sus vidas, cuando la mayoría del tiempo de sus días tienen como roles a seguir únicamente a sus compañeros de clase, de su misma edad, con sus mismos miedos y preocupaciones y a unos pocos adultos (los maestros) también presionados y llenos de reglas, con cada vez más informes y evaluaciones que hacer. Pero peor incluso si en casa se encuentran con unos padres desmotivados, estresados por las finanzas que solo les insisten en que mientras saquen buenas notas tendrán éxito en la vida, cuando sabemos que es una de las mentiras más grandes que existen.
¿Quieres construir un ambiente de armonía para que tus hijos sean felices y puedan cumplir sus sueños? Ámalos, enséñales inteligencia emocional a través de tu ejemplo, y asegúrate que amen aprender, ¡así lo tendrán todo!