
Como padres queremos que nuestros hijos sean felices, pero a veces en nuestras vidas apresuradas perdemos el rumbo. Nos olvidamos que supuestamente somos los adultos de la casa, somos los que estamos para acompañar a nuestros hijos y ayudarles a tomar decisiones.
En la desconexión que ha ocurrido en las vidas de las familias, muchas veces debido a largas jornadas escolares unidas con dos padres que trabajan, dejamos de entender cómo podemos asegurar que nuestros hijos comprendan que les queremos. Y caemos en la trampa de darles todo lo que nos pidan.
Es increíble, saben de marcas específicas, modelos y nombres que uno ni ha oído. ¿Cómo? Dos factores clave: la televisión y la presión de sus compañeros de escuela.
La televisión es el pasatiempo más usado en casa por todos. Ahora más que nunca el marketing va directo a los niños a través de los programas de televisión. Luego es reforzado por los compañeros que ya tienen el producto y hablan de estos en la escuela.
También se dirige a los padres insistiendo que éste y éste otro juguete desarrollan la creatividad y son beneficiosos para la estimulación temprana. Que éstos videos (que además llevan nombres como “Baby Mozart” o cosas así), ayudan para que tu bebé se convierta en un “futuro genio”. El mensaje es directo: “si no le compro este juguete, mi hija estará en desventaja con los que sí lo compren”.
Pero, al darles todo lo que quieren tú estás enviando dos mensajes claros a tus hijos:
1. Eres el centro del universo
2. La felicidad se puede comprar
Si nos ponemos a reflexionar más profundamente sobre estos dos poderosos mensajes nos damos cuenta de lo grave que es la situación. Estamos hablando de niños infelices, porque nunca estarán satisfechos. Estamos hablando de niños confundidos porque ya no son sus padres quienes les guían, sino los mismos niños quienes guían las acciones de sus padres.
Hay estudios que aseguran que mientras más juguetes tengan tus hijos, menos los valoran, y menos ganas de compartirlos.
¿Qué hacer?
¡No caigas en la trampa! Eres el adulto de la casa. Para esta cadena. Aleja a tus hijos de la televisión. Si tienes la oportunidad de hacerlo, conversa con los padres de los amigos de tu hija de la escuela (porque sí los conoces ¿verdad?).
El dar un regalo a nuestros hijos es hermoso, ver cómo se les ilumina su cara es algo increíble. Pero hazlo en ocasiones especiales y elige cuidadosamente el regalo. Aquí unas sugerencias:
- Juguetes que sean lo más simples posibles. Los aparatos electrónicos llenos de música, botones, luces y colores apagan la creatividad. Este tipo de juguetes hacen todo por el niño y lo que quieres son juguetes tan simples que tu hijo tenga que usar su creatividad e inventar historias al jugar.
- Evita los juguetes que promuevan la violencia.
- Apunta a lo local. Apoya a artesanos de tu localidad o país.
- En lo posible que sean objetos hechos con materiales naturales y sostenibles.
- Gasta en juguetes que apoyen causas justas o humanitarias (y cuéntales a tus hijos sobre los detalles)
- Regala momentos. Qué tal regalar a tus hijos un día completo con mamá y papá acampando en el patio de tu casa. Regala una noche de observación del cielo. Regala una maratón del cuento abrazados de mamá.
- Regala la posibilidad de regalar. Si tienes niños mayores piensen en formas cómo ayudar a otros. O dales la oportunidad para que ellos mismos hagan regalos con sus manos.
El mensaje principal que te quiero dar es:
MENOS ES MÁS, simplifica la vida de tus hijos.
Otros enlaces de interés sobre este tema:
Toy Stories: Kids And Their Toys From Around The World